martes, 3 de abril de 2007

Pubertos en la mira


Tal parece que con este escándalo de pornografía infantil, las autoridades despertaron y comenzaron las acciones para entrar de nuevo en esa batalla que desde hace tiempo tenían perdida.
No sé si fue que revivió ese espíritu de proteger el bienestar de la sociedad o será la vergüenza que pasaron cuando estalló esta situación, pero hoy en día, los controles para evitar conjugar en una misma oración las palabras pornografía y niños, se han vuelto efectivos.
Claro, no algo como para alivianar la carga de tensión que tienen, en estos momentos, tanto padres como dueños de cybers, pero antes era peor.
Llego a este tema, tan debatido en la actualidad, porque desde que tengo uso de memoria y desde que era un puberto yo hacía y deshacía en páginas de contenido único para adultos… hasta hoy.
¿Por qué hasta hoy? Porque fui victima de una de las acciones emprendidas para acabar con la situación. No, no me detuvieron con una menor en un motel ni nada de eso; simplemente no pude ingresar a una página web porque un filtro no me lo permitió.
Desde que salieron con esa idea de colocar filtros en las máquinas que iban a prohibir el acceso a las porno, yo tuve mis dudas. No concebía que un simple programita fuese a tener peso en esta lucha. Pero lo tiene.
Créanlo o no, mi objetivo era conseguir imágenes para mi blog, específicamente para mi artículo “U.E. Ron Jeremy”, aquí mismo publicado. Y por supuesto, quise colocar una imagen de la despampanante pornstar Jenna Jameson. Sorpresa para mí cuando la máquina cerraba, por sí sola, la página.
Al principio supuse que era la computadora, ustedes conocen la fama y calidad de estos aparatos en alquiler, pero después de varios intentos desistí en mi afán por conseguir las tan apreciadas imágenes. No podía ingresar por ningún medio.
Ojalá que esta misma situación les suceda a esos menores que se la dan de “caballos” y tienen complejo de Eon Mc Kai. Sí, suena hipócrita que después de haber pasado media vida en sitios como estos, ahora salga con esta ridiculez. Pero recuerden, hijos míos, que en Internet no hay ni fotos ni videos pornos, cuyo protagonista sea yo. Mis tiempos eran inocentes, si es que esa calificación cabe aquí.

Sin embargo, no creo que prohibir el ingreso a “páginas de contenido para adultos”, como las denominan oficialmente, sea la solución. Solamente me imagino la curiosidad y desespero que le dará a un menor de estos que le prohíban entrar a un pornosite. Contra toda fuerza o corriente va a intentar entrar, y lo va a lograr.
Mejor orientemos, guiemos y aconsejemos (se me salió el espíritu paterno) a estos muchachos que sólo se dejan llevar por instintos que todos tuvimos y sentimos alguna vez. No hay que culparlos por querer aprovechar al máximo estos instantes de placer. Yo lo hice, pero los valores que me inculcaron en mi casa fueron demasiado. Tenía una comprensión envidiable del bien y el mal, cosa que no tienen estos chamines.
El tiempo nos dirá a dónde va a parar esta situación. Por lo pronto, seguiremos dejándonos instruir por estos filtros informáticos, que buscan regular el tan famoso, visitado, lucrativo, sabroso, envidiado e incomprendido mundo del porno.
Veamos si lo logra.

1 Comments:

Blogger Marifé said...

TOTALMENTE DE ACUERDO...

9 de abril de 2007, 11:50

 

Publicar un comentario

<< Home