martes, 31 de julio de 2007

Crítica de un fracaso anunciado



Desde que salió a relucir la loca idea de llevar a la pantalla de cine a Los Simpson, tuve mis dudas. Para nadie es un secreto que la calidad de la famosa serie animada ha disminuido y cayó en un letargo, en el que el único protagonista es Homero Simpson.

No sólo la poca creatividad del equipo de producción sería una mancha en el filme. Debemos recordar el cambio de personal en el doblaje al español, cosa que hizo desfamiliarizar a más de uno acostumbrado al tono de voz de los habitantes de Springfield.

Pero comencemos con algunos pasajes de la película que no me gustaron, en mi humilde parecer:

Con bastante insistencia, el equipo de producción liderado por Matt Groening se defendió de las acusaciones sobre si la película sería un capítulo que duraría hora y media. Tuvo razón, no es uno, son varios capítulos que comprenden la trama central.

Ese momento tan famoso entre Homero y Bart en el techo de su casa (el mismo del trailer que vimos 8.635.471 veces) no es más que un relleno que dura alrededor de 10 minutos. Nada tiene que ver con la historia que se nos presenta más adelante y todo se resume a la idiotez de Homero.

No sé si alguien más lo notó, pero agotaron al argumento del idiota del pueblo con Cletus, a quien después de 18 temporadas, repentinamente le castellanizaron el nombre por “Cleto”. El nombrado personaje pasa a ser el chivo expiatorio de la ciudad por duplicado: cuando se le ordena probar el muro que protege el lago y luego para entretener al tipo que los mantiene encerrados dentro del domo.

La incorporación de Colin, el niño del que Lisa está enamorada, no tiene ni ton ni son en la trama. Apareció, mencionó tres o cuatro diálogos y al final se quedó con ella. No incrementó su espíritu ambientalista, no hizo mucho por el lago y sólo surgía cuando la trama parecía estancada.

Ese truco que realizó Homero en la esfera de la muerte, con motivo de ganarse la camioneta e irse a Alaska, no es más que una salida barata de los productores ante ese problemón de haberlos dejado sin nada. Totalmente absurdo.


Y lo que considero peor: la revelación sexual de Rafa Gorgory. ¿Para qué? Ya el chico es retrasado y famoso por comentarios ingenuos e inocentes, no era necesario convertirlo en homosexual sólo para darle a la película una develación que no existe ni se merece.

He aquí una serie consideraciones a favor y en contra del filme:

PRO
• La excelente animación con que se realizó la película. Se nota que se esmeraron, utilizaron tecnología de punta y eso permitió diferenciarla de la serie en televisión.
• La perfecta secuencia donde Bart corre desnudo en su patineta. Todo se acopló al unísono: la música, la imagen y todos esos obstáculos que impedían ver sus partes íntimas.
• Algunos chistes. No hay por qué negar que varios diálogos y frases que hicieron reír. Pero hasta ahí.
• El aprovechamiento de la pantalla. Se supo sacar provecho a las grandes dimensiones de la pantalla cinematográfica y detallar hasta el más mínimo detalle que pudo aparecer en la historia.

CONTRAS
La falta de cohesión en la trama. Resultó evidente los saltos, atajos y recovecos que hicieron los productores en busca de alargar y resolver de la peor manera la situación.
Lo gráfico de los chistes. Una mentira vino a ser la grandeza del guión y lo cómico que sería. Se estancaron, igual que en la serie, en los golpes y accidentes que sufren los Springfieldianos para causar risa.
La excesiva publicidad. La campaña publicitaria sólo sirvió para crear expectativas y embaucar a los amantes de la serie en la sala de un cine.
La espera. Estoy seguro de que si la película se hubiese hecho años atrás, antes de que se agotaran las ideas, otra cosa hubiésemos visto. Además, las voces originales podrían haber estado presente.
Y hay muchas más, pero no sé tanto de cine.

jueves, 26 de julio de 2007

I'm fuckin' famous!!!

Sí, por fin me digné a escribir acerca de nuestra aparición en un especial dedicado a los blogs de la revista Galería, del diario Panorama. De todo el grupo, o mejor dicho, de los que nos conocemos, yo era el único que faltaba por expresar su opinión sobre dicho trabajo y hacérsela saber a la comunidad bloguera.

Desde que se preparó el reportaje, hace ya casi un mes, comenzamos los entrevistados a intercambiar pareceres y a denotar los errores que se cometieron durante la entrevista y que era casi seguro que se publicarían en la edición final.

Que si no preguntó tal cosa, que no nos preguntaron los URL’s, cómo iremos a salir en las fotografías y por qué la redactora no grabó nuestras declaraciones, eran algunas de las preocupaciones e inquietudes que revoloteaban en nuestra cabeza.

Aún así, la publicación fue muy diferente a lo que nos esperábamos. La sorpresa nos estrelló su puño de frente cuando vimos la calidad gráfica del reportaje. Las fotografías quedaron espectaculares ( gracias Alexandra!!!) y la composición gráfica mejor aún ( arrechísimo Andrea!!!).

De la parte escrita no esperaba mucho. Empezando por la falta de énfasis de Patricia a la hora de indagar en nuestros blogs. Además, el no grabar nuestras conversaciones hizo que el trabajo fuera una especie de mezcolanza de todos los entrevistados y se optó por agregar una que otra cosita ahí de más.

Sin embargo, ¿qué se podía hacer? Todos los de la región zuliana conocemos el estilo redaccional de la revista Galería y es casi considerada un culto a la trivialidad. No podíamos pensar que se iban a investigar a fondo nuestros blogs porque lo más resaltante de la revista son sus grandes fotografías y sus composiciones gráficas.

Ahora, la pregunta de rigor: ¿Me gustó o no el trabajo?

A pesar de no estar de acuerdo e estas cosas anteriormente dichas, el trabajo estuvo bien. Me compraron con la estructura gráfica y, créanlo o no, mucha gente me ha reconocido por la calle. Hasta me dijeron que había salido bonito en la foto.

Que lo juzgue la Internet y los blogueros!!!


Mandrake, de Weblog Venezolano y la supercute Daniela Artigas, de Entren que caben 100.


Un tipo que no conozco, José Díaz y, pues la "despechada", mi panita Marifé, de La Reina de Os


Por último, la página impar más costosa de Galería... mi amiguita Verónica, de La chica Radiohead y el que los atormenta con estos post, yo!!!

sábado, 14 de julio de 2007

Etimología del "juernes"


Del latín provienen las palabras jueves y viernes, ambas designados para representar el cuarto y quinto día de la semana, respectivamente. Pero del maracuchismo obtenemos una joya prácticamente desconocida: el “juernes”.

La conjunción de ambas palabras, para formar esta tan particular, no tiene otro objetivo más que puntualizar el deseo, o mejor dicho, desespero por la llegada del tan ansiado fin de semana.

Nació como parte de la desfigurización del idioma de Cervantes, pero también como símbolo ineludible de la idiosincrasia de los maracuchos. Así como el archiconocido viernes de aroma, ese mismo de salir a rumbear y “meter la paloma”, cada vez es más frecuente decir “gracias a Dios que es juernes

A nadie le gustan los lunes, eso ya lo sabemos. El martes y miércoles son irremediablemente aburridos. Pero a partir del jueves la cosa se hace menos pesada. Esto aunado al deseo incontrolable de los maracuchos por los días “clásicos” para ingerir licor. Cómo nos encanta.

Es ahí cuando comenzamos con el anhelo y la impaciencia por conseguir adelantar los días y, de una vez por todas, permitirnos descansar aunque sea por las 48 horas que dura el weekend.

Queda de parte de los maracuchos y de todo aquel que se culturice con este post, la divulgación de este nuevo modismo que planea globalizarse.

No debemos tardar en confeccionar una nueva forma de “halar” el fin de semana, cuando así sea, el mundo lo sabrá.

lunes, 9 de julio de 2007

¿Seré antipatriota?


Con motivo de los anteriores acontecimientos a favor de RCTV y la libertad de expresión en Venezuela, me ha planteado una interrogante que a lo mejor muchos también tendrán: ¿somos verdaderamente patriotas?

La consigna o emblema de las concentraciones propiciadas por estudiantes universitarios es colocar la bandera al revés. En lugar de los tradicionales amarillo, azul y rojo; comenzar por el rojo, azul y, por último, creo por menos importante, el amarillo.

La razón: no tengo idea. Es muy probable que sea una medida de expresión anárquica, simplemente por el hecho de ir en contra de los ideales y símbolos oficiales, que van de la mano de Chávez (nos guste o no).

Otra posible razón de por qué colocar en primer lugar el color rojo, cuyo significado es el de la sangre que derramaron los líderes independentistas en su misión libertadora, sería recordarle a la gente que en nuestro afán por conseguir nuestro objetivo estaríamos dispuestos a entregar nuestra propia sangre (digo yo).

En fin, existe un revuelo inmenso en los círculos bolivarianos porque se ha desvirtuado el significado de los símbolos patrios, cosa que consideran una ofensa a la patria que libertó Bolívar. Y yo digo: ¿Y qué?

Sí, así de simple. ¿Qué pasa si dejamos esa bandera al revés? Yo tengo alrededor de cuatro años que no entono las “gloriosas notas” del himno nacional y, si por casualidad me consigo con su transmisión en cadena a las seis de la mañana, mi dedo amaestrado me privará de escucharlo. Y todavía respiro.

En días pasados, una compañera de estudio cumplió años. Me acordé de ello inexplicablemente. Dije, “hoy es cuatro de julio, cumpleaños de Luciana”. Lo difícil de creer es que al siguiente día, fecha patria en Venezuela por la firma de Declaración de Independencia, no tuve idea de qué se celebraba o de por qué mi familia no había ido a trabajar.

Ya la mayoría de las tradiciones se han perdido, si no díganlo ustedes. ¿Acaso antes no se colocaba una bandera en la entrada de la casa, con motivo de alguna fecha patria? ¿No se cantaba antes, en las escuelas, a todo pulmón el himno nacional? ¿No teníamos a Simón Bolívar en pedestal de cristal antes de que se obsesionara Chávez con él y lo tornara aburrido?

Pareciera una ofensa, pero ya el ritmo de la globalización es indetenible y no hay marcha atrás. Hemos pasado a ser hijos de la Tierra y no de nuestras naciones. Muy pronto, dejaremos de ser venezolanos para defender los ideales globales y las causas pro-mundo.

Total, si me llegan a aplicar un examen para definir mi nivel educativo y cultural, es casi seguro que sepa más cosas de allá que de acá.